Valoración Médica Deportiva: ¿En qué consiste?

Valoración Médica Deportiva

En el artículo anterior he presentado en sociedad un nuevo Área de Medicina Deportiva de la Clínica Universidad de Navarra, y he explicado la importancia de una valoración médica antes de iniciarse en la práctica de un deporte. Esto puede extenderse a personas que ya están habituadas a hacer ejercicio pero que tienen determinados factores de riesgo:


  • Edad (35 años o más)
  • Sobrepeso
  • Antecedente de hábito tabáquico
  • Diabetes
  • Antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular o de diabetes
  • Hipertensión arterial
  • Hipercolesterolemia

Y en situaciones especiales puede ser interesante hacer una valoración médica en individuos que hacen deporte de forma habitual pero que han notado una disminución en su rendimiento habitual. A continuación explicaré en qué consiste una valoración general. Luego concretaré detalles en relación con situaciones especiales.


Valoración Básica


En cualquier valoración médica para una persona que va a iniciarse en la práctica de un deporte, o para una persona con factores de riesgo cardiovasculares que ya hace ejercicio de forma habitual, lo más importante es asegurarse de que el corazón está sano y que no corre peligro con el estrés fisiológico que supone el ejercicio. Para ello hay 3 pruebas clave:


  • Electrocardiograma
  • Ecocardiograma
  • Prueba de estrés o de esfuerzo

El electrocardiograma o electro, como lo conocemos en el argot médico, nos proporciona información acerca de los sistemas de conducción eléctrica del corazón y nos permite saber si ha habido un infarto previo o si hay una alteración del ritmo. 

El ecocardiograma nos da información acerca de la función del corazón. Nos dice si el ventrículo bombea el volumen de sangre adecuado, si hay partes del corazón dañadas por infartos, etc. Pero también nos da información sobre el estado del corazón desde el punto de vista del ejercicio. Después de un periodo de tiempo de entrenamiento, el ecocardiograma nos da información acerca del desarrollo del músculo del corazón en respuesta al ejercicio. nos puede llegar a decir si eel deportista está entrenando de forma adecuada o no.

Por último está la prueba de esfuerzo (prueba de estrés). Esta se puede hacer en bicicleta, en cinta rodante o, incluso, sin ejercicio, con la inyección de un medicamento que acelera el corazón simulando un estrés por ejercicio. Este tipo de prueba se hará sólo en los casos en los que la sospecha de enfermedad coronaria sea importante. 

Una vez confirmado que no hay riesgo cardiovascular para hacer ejercicio, las pruebas para completar una valoración médica serán:
  • Prueba cardiopulmonar de esfuerzo (en ocasiones es igual a la prueba de estrés descrita anteriormente)
  • Pruebas de fuerza muscular 
  • Pruebas de flexibilidad


Prueba cardiopulmonar de esfuerzo


Es, sin duda, la prueba más importante en la valoración de un deportista. Dependiendo del tipo de ejercicio predominante que haga el individuo, la prueba se hará en bicicleta estática o en cinta rodante. En casos especiales se puede hacer una prueba específica con equipamientos portátiles para nadadores, remeros, etc. Pero el objetivo del estudio es idéntico en todos los casos. 

Se programa un ejercicio progresivamente más fuerte, es decir de más velocidad en la cinta, o de mayor resistencia en la bicicleta, hasta la extenuación. Durante la prueba se mide el consumo de oxígeno y la producción de CO2, se monitoriza el ritmo cardiaco y se mide la concentración de ácido láctico en sangre de forma periódica (por ejemplo, cada 2 minutos). También se toma la tensión arterial y se determinan los flujos de aire por la vías respiratorias. 

Todas estas determinaciones y mediciones nos permiten valorar el estado de forma de un individuo y,  en el caso de que haya una limitación patológica al ejercicio, nos permiten saber si esta limitación es de origen cardiaco, respiratorio,  muscular, o si es debido al "síndrome de sobrentrenamiento". 

Si no hay limitación patológica al ejercicio, la prueba cardiopulmonar de esfuerzo proporciona información crucial acerca del nivel de esfuerzo (en consumo de oxígeno) y de la frecuencia cardiaca en que se alcanza el umbral anaeróbico. Este dato es muy importante a la hora de diseñar programas de entrenamiento para mejorar el rendimiento. También es importante para las personas que buscan perder peso y quemar más grasas, y no tanto el mejorar su rendimiento en pruebas deportivas.



Valoración Deportiva

Tras un periodo de silencio por motivos profesionales, retomo el blog con más ganas aún que antes. La razón de mi silencio ha sido la falta de tiempo por estar dedicado a la creación de un nuevo Área de Medicina Deportiva en la Clínica Universidad de Navarra junto con el Dr Federico Villagra, especialista en Fisiología del Ejercicio. Nuestro objetivo es ofrecer de una forma profesional y organizada, un Servicio en el que puedan ser valorados desde un punto de vista multidisciplinar deportistas de todos los niveles.

Valoración médica deportiva

¿es necesaria?

En mi opinión sí es importante, sobre todo para los que piensan iniciarse en la práctica de un deporte por primera vez. Obviamente la edad del individuo es importante. No estamos hablando del crío o el joven de 20 años que hace deporte. Eso es natural y lo único que hay que hacer es promoverlo. Hablamos de personas de mediana edad o más (40, 45, 50, etc)  que deciden empezar a hacer ejercicio por motivos diversos. A lo largo de nuestras vidas se acumulan los factores de riesgo cardiovasculares, muchas veces sin saberlo. El que fuma sabe que está sometido a un factor de riesgo, aunque suele ignorarlo, pero no todo el mundo sabe que tiene el colesterol alto o sabe que el hecho de que en su familia haya habido infartos de miocardio es determinante en su riesgo cardiovascular. 


En personas con factores de riesgo, las arterias coronarias se van cerrando paulatinamente sin producir síntoma alguno.  Iniciarse en un deporte en estas circunstancias es extremadamente peligroso puesto que se puede provocar el infarto agudo.

Otras personas están haciendo ejercicio de forma habitual, pero no saben que es importante saber a qué frecuencia cardiaca y a qué intensidad hay que ejercitar para obtener un beneficio. Por ejemplo, si queremos quemar grasa, hacer ejercicio intenso en la bicicleta durante media hora puede ser menos efectivo que hacer ejercicio a un ritmo más bajo durante más tiempo. Si lo que se busca es una mejora en la forma física para correr una media maratón o una carrera ciclista, puede ser mejor hacer ejercicio con intervalos intensos pero cortos seguidos de unos minutos de ritmo bajo. 

Una valoración deportiva debe incluir pruebas que ayuden a descartar enfermedad coronaria (electrocardiograma, ecocardiograma, análisis de sangre, etc) y una prueba cardiopulmonar de esfuerzo en bicicleta o en cinta rodante. En esta prueba se somete al sujeto a un esfuerzo progresivamente mayor hasta llegar a la extenuación. Durante la prueba podemos medir una serie de variables como el consumo de oxígeno máximo (VO2max), el umbral láctico, el umbral aeróbico, la frecuencia cardiaca, etc. Una vez obtenidas estas variables, se puede saber exactamente a qué frecuencia cardiaca se encuentra el umbral láctico (o anaeróbico), y este umbral sirve para determinar los rangos de frecuencia cardiaca recomendables para el entrenamiento beneficioso. Estas pruebas nos permiten diseñar programas de ejercicio específicos según el objetivo de la persona, desde perder peso hasta mejorar tiempos en una maratón.

Por último, un Área de Medicina Deportiva como el que hemos abierto en la Clínica Universidad de Navarra (y pido disculpas por la autopromoción), también tiene como objetivos importantes antender todo tipo de lesiones relacionadas con el deporte y asesorar en su prevención.