Dejar de fumar
Quizás una de las frases más repetidas por fumadores en la consulta cuando se les habla acerca de los beneficios de la deshabituación tabáquica es "dejaré de fumar cuando me haga daño", no es más que un mecanismo de defensa contra la más pura realidad, que uno está atrapado por la adicción al tabaco y la idea del sufrimiento que acompaña a la deshabituación es abrumadora.
Pero muchos fumadores se esconden tras la protección de
estos argumentos y acaban convencidos de que uno puede deshacerse de los males
del tabaco en el momento en que deja de fumar. Desgraciadamente esto no es así.
Es cierto que desde que se fuma el último cigarrillo, cada minuto transcurrido
es un paso hacia la reparación de los daños causados. Pero hay que dar muchos
pasos a lo largo de años para alejarse completamente de los riesgos del tabaco,
a saber, el cáncer de pulmón, la enfermedad coronaria, la enfermedad
pulmonar obstructiva crónica (EPOC), etc.
Un estudio publicado en Lancet (*) en octubre pasado
demuestra de forma clara y contundente que cuanto antes se deje de fumar,
mayores serán los beneficios. Y los beneficios no se refieren a que se pueda
respirar mejor, o a que disminuya la tos. El beneficio es que se viven más
años, muchos años más.
Entre los años 1996 y 2001, 1.300.000 mujeres de 50-69 años de
edad del Programa Nacional de Detección Precoz de Cáncer de Mama del Reino
Unido fueron seleccionadas para el estudio . Todas completaron un cuestionario
en el que se incluía información acerca de sus antecedentes con el tabaquismo,
además de antecedentes médicos e información demográfica. A los 3 y 8 años de
completado el cuestionario estas mujeres fueron encuestadas de nuevo. Las
participantes fueron seguidas hasta el 1 de enero de 2011, una media de 12 años
de seguimiento para cada mujer desde la primera encuesta. El objetivo principal
del estudio fue determinar el efecto del tabaquismo sobre las tasas de mortalidad
de este grupo de mujeres. Según sus antecedentes de tabaquismo en el momento de
la primera entrevista, las mujeres del estudio se clasificaron en 3 grupos:
- Fumadoras activas 20%
- Exfumadoras 28%
- Nunca habían fumado 52%
Los resultados son claros y muy llamativos:
- En los 12 años de seguimiento murieron el triple de mujeres fumadoras que no fumadoras. Teniendo en cuenta que casi la mitad (44%) de las fumadoras activas habían dejado de fumar en la encuesta realizada a los 8 años, este dato es más llamativo aún.
- Incluso entre las mujeres que fumaban menos de 10 cigarrillos al día la tasa de mortalidad fue el doble que la de las mujeres que nunca habían fumado.
Estos resultados se pueden
resumir de una forma más gráfica con la siguientes afirmaciones:
- El 53% de la mujeres fumadoras y el 22% de las nunca han fumado mueren antes de los 80 años de edad.
- Dos de cada tres muertes en mujeres menores de 80 años son causadas por el tabaco.
- La mujeres que nunca han fumado viven 11 años más de media que las que sí lo han hecho.
Aconsejo detenerse aquí unos segundos para pensar en la
magnitud de estas estadísticas. En
definitiva confirman rotundamente lo que ya se conocía de muchos estudios
epidemiológicos previos: los beneficios del cese del hábito tabáquico ocurren a
largo plazo, pero sobre todo, es importante tener muchos años por delante para
poder beneficiarse del todo. Así, según los datos del estudio analizado, las
mujeres que dejan de fumar antes de los 40 años de edad evitan más del 90% de
las muertes prematuras por enfermedades causadas por el tabaco.
Teniendo en cuenta lo dicho en la introducción de este
artículo, puedo imaginarme ahora a las mujeres mayores de 40 años y a los
hombres fumadores aferrándose al argumento de que a ellos no les incumbe ni el
estudio ni sus conclusiones. Obviamente esto no es así. Las mujeres mayores de
40 años también se benefician, aunque como es lógico, las estadísticas serán
algo diferentes. Y, en cuanto a los hombres, es cierto que la ortodoxia
científica dice que los datos de un estudio sólo son aplicables a poblaciones
similares a las del estudio, pero la ortodoxia científica estará de acuerdo en
que los resultados en esta ocasión son perfectamente extrapolables al género
masculino. El hombre que no quiera ver esto es más un avestruz, por aquello de
esconder la cabeza bajo la arena, que un hombre.
* Kirstin Pirie, Richard Peto, Gillian K Reeves,
Jane Green, Valerie Beral, for the Million Women Study Collaborators The 21st century hazards of smoking and benefits of
stopping: a prospective study of one million women in the UK.
www.thelancet.com Published
online October 27, 2012 http://dx.doi.org/10.1016/S0140-6736(12)61720-6