La tos crónica es una de las causas más frecuentes de visita al médico. Se define como tos persistente de más de 3 semanas de duración y hay que distinguirla de la tos aguda producida por infecciones respiratorias, es decir, por los catarros comunes, en cuyo caso no suele durar más de 7 -10 días.
Es un síntoma que provoca mucha preocupación porque se suele identificar con cáncer de pulmón o con enfermedades infecciosas como la tuberculosis. Afortunadamente, la gran mayoría de las causas de tos crónica no son neoplásicas (cáncer) ni están causadas por infecciones. Aún así existe mucha confusión, incluso entre los médicos. No es infrecuente que un paciente acuda al especialista de Neumología tras haber recibido durante semanas o meses tratamientos diversos que incluyen múltiples járabes, mucolíticos, antibióticos, e inlcuso tratamientos “naturales” como la cebolla partida debajo de la cama o en la mesilla de noche, o hierbas recomendadas en el herbolario.
Cuando vemos en la consulta a un paciente con tos crónica, lo primero que nos interesa saber es si es fumador porque el tabaco es la causa más común. Dejar de fumar resuelve el problema en la gran mayoría de los casos. Si el paciente no es fumador repasamos la medicación que está tomando porque hay algunos fármacos que producen tos como efecto secundario. Los más comunes son anti-hiperetensivos de la familia de los IECAS o inhibidores de la ECA (Enzima Convertidora de la Angiotensina). Enalapril, captopril y, en general, cualquier medicamento con la terminación “pril” pertenecen a esta familia. Basta con cambiar el tratamiento de la hipertensión para que la tos desaparezca.